Parte del cambio que estamos viviendo en los últimos meses parece ser irreversible. El coronavirus nos obliga replantear nuestro estilo de vida y cambiar muchas de las costumbres diarias que hemos tenido hasta ahora. Desde marzo leemos cada día artículos que hablan del distanciamiento social, pero aún no sabemos muy bien qué consecuencias trae esto en el rediseño de los espacios que habitamos, donde vivimos, trabajamos o nos divertimos. La arquitectura y el interiorismo juegan un papel importante en la adaptación al marco actual en el que nos encontramos, convirtiéndose en una herramienta con la que minimizar el impacto del cambio tan drástico que supone improvisar y habilitar un espacio en nuestro hogar, para convertirlo en nuestro lugar habitual de trabajo; o la readaptación de oficinas abiertas o colaborativas, a espacios individuales. La palabra coworking hasta ahora significaba la convivencia y colaboración de diferentes profesionales en un único espacio de trabajo. Es posible que al menos por un tiempo, en parte, esto se trasladara al espacio virtual,…
Las nuevas oficinas
Actualmente, la mayoría de despachos de trabajo y oficinas disfrutan de un espacio abierto, siendo mínimas las zonas independizables. Este tipo de distribución facilitaba la comunicación entre los ocupantes y generaba un ambiente más familiar.
El nuevo concepto de oficinas se plantea en una modificación total de la redistribución del espacio donde se deberá garantizar la separación de zonas de trabajo, flujos de paso muy diferenciados y espaciosos, utilización de nuevos materiales, y además, deberá primar la renovación del aire. Incluso puede no ser necesario conservar la misma cantidad de escritorios, ya que muchos seguiremos desarrollando parte de nuestro trabajo desde casa. Sin embargo, se necesitaran salas de reuniones mucho más espaciosas para poder adaptar los encuentros puntuales a las nuevas necesidades.
El trabajo en el hogar
El teletrabajo ha tenido muy buena acogida, pero no siempre es fácil. En ocasiones poder diferenciar la zona de trabajo del resto de la vivienda no es sencillo, ya sea por falta de espacio o por no poder repensar una nueva distribución del hogar.
En este sentido, el confort es un factor crucial, pues el diseño de los espacios influye claramente en nuestro rendimiento y en nuestro estado anímico, pudiéndose producir estrés y frustración a causa de la incomodidad, como también molestias físicas por trabajar en mesas y sillas inadecuadas prolongadamente. Un espacio de trabajo bien distribuido, con suficiente luz natural, en un rincón tranquilo de la casa aumenta mucho la productividad y la motivación.
Arquitectura e interiorismo
La arquitectura y el interiorismo asumen la responsabilidad y el desafío que el COVID19 ha planteado a la sociedad, para dar respuesta a la adaptación a las nuevas medidas, garantizando nuestra salud laboral y mejorando nuestro bienestar.

